jueves, 30 de abril de 2009

Correo de Bernat de Cabrera


Barcelona, a tres días de de San Jaume del 21º año de reinado de Pedro IV (22-7-1357)

Estimado Mossen Alaric de Prades,

Han pasado ya algunos meses desde que nos vimos y poco más he sabido de vos. Es cierto que los asuntos reales me han tenido ocupado en esta larga porfía con los castellanos. Poco o nada pudiste contarme del paradero de mi sobrino, que ya hace años marchó a oriente a vuestro encuentro. No sufras pues no os escribo para censuraros, ni es este el asunto mayor de esta epístola pues bien se que procura su cuita por él solo. Mas al contrario, hago acopio de tiempo gracias a la tregua con Castilla, para referiros unos cuantos consejos, que bien os vendran debido a la inexperiencia que origina vuestra extendida ausencia, y una petición,

En primer lugar, mi querido Alaric, debes saber que la discrección ha de conducir los actos de quien está en el secreto y entiende de la grande obra, que las gentes del vulgo hablan, y es refran conocido que "heno al cerdo y azucar al loro", que no es otro que idioteces a la plebe y sabiduria a tus verdaderos amigos. Cuidate de los que te rodean y que ignoren los artificios de tu ciencia.

A continuació me permito avisaros que los adictos al príncipe Enrique de Trastámara holgazanean por Barcelona buscando apoyos. Pueden serte útiles, pero seguro que ellos acabaran abusando de todo trato que alcancen con vos, sed cauto.

En tercer término vuelvo a inquirir vuestra cautela para advertiros que en tiempo revuelto como este, la onerosa adquisición de Palacio que habeis efectuado ha levantado numerosa espectación en el burgo, y ya son muchos los que hacen cábalas respecto al fabuloso tesoro que os ha acompañado desde oriente. Quedais informado.

y por último mi petición. En Forcall, en el Reino de Valencia, dentro de las posesiones de la Orden de Montesa, vive o vivía, un provenzal que debe ser puesto en seguridad. Algunos iniciados en los secretos que campan por Castilla podrían aprovechar el fin de esta precaria tregua para quitar su libertad y profanar su silencio. Debemos evitarlo y Vos sois de mi total confianza para lograr tal empeño.

Espero noticias suyas para antes del fin de la siega.


Su obligado tío Bernat de Cabrera

1 comentario:

  1. Admirado Mossén Bernat dels Cabrera,

    Me place tener noticias de vos, pues no he cesado de extrañar vuestro sabio consejo en las extrañas tierras por las que he viajado. Sin duda alguna, han sido tiempos y caminos difíciles y oscuros, pero la vuelta al hogar me ha traído el descanso y la paz que necesitaba para continuar con la Magna.
    Me apena no poder aseguraros el buen andar de vuestro sobrino, aunque pocos hombres he visto con el valor y el entender del buen Fabià, así que como vos bien decís, estoy completamente seguro que la buena fortuna que me acompañó en mis viajes lo eligió como protector, y que ahora es un hombre de bienandanza.

    No temáis por mi talante de natural lenguaraz. He aprendido en mi caminar que la ignorancia del populacho lleva al miedo, y que poco han de saber los que poco ya saben. Y sé que mi retorno no ha pasado desapercibido, aunque como vos imagináis, mi decisión de adquirir mi nueva residencia se debe al deseo de despojarme de parte de las provisiones con las que regresé. Es mi elección disponer de un amplio y espacioso lugar donde dedicarme con silencio y diligencia a lo que de verdad hace progresar y elevar el espíritu.

    Agradezco las noticias que me traéis de Castilla. Por desgracia, en todos los caminos hay marranos, y en cualquier viaje castellanos. Ya he porfiado con algunos de nuestros vecinos en tierras lejanas, y era conocedor de la agitación con la que se despiertan en el occidente. Por ahora, intentaré permanecer al margen de sus cuitas.

    Tengo noticia de que en la primavera entrante viajará hacia tierras del moro un sabio de gran fama entre los francos. Escuché un par de veces a sus compatriotas viajados a Hungría hablar con respeto y alabanza de un tal mossén Nicolás de Flamel, y después de hacer algunas averiguaciones por mi cuenta, creo que es un versado hermano en la obra y que podría sernos de gran ayuda en nuestras disquisiciones. He aprendido algo de su habla y podría seros de utilidad para acompañarlo en su viaje y evitar cualquier malhado que pudiera afligirlo en tierras desconocidas para él.

    Por ello , debéis disculpar que no pueda serviros de inmediato en la protección del provenzal del cual me hablásteis, aunque no dudéis que haré cuanto esté en mi mano para aprovechar mi posible viaje a las taifas para averiguar de su paradero y salud.

    Deseandoos unas nieves fructuosas,

    Alaric de Prades

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